Subte. Un subte completo; locomotora, vagones, asientos, ventana, rieles y andenes. ¿Será un deja vú?; no creo. Me dijeron que es igual al tren, pero sin luz natural, sin furgón y con mucho plomo en sangre después de algunos años.
Cuando subí, mis pretensiones eran encontrar un asiento; con el correr del tiempo, sólo pedía tener un poco de espacio para respirar. Increíblemente apretado viajo una hora más. Llegó a destino; menos mal, creí que no llegaba al próximo minuto. Me bajo, salgo a la superficie. Empiezo a caminar.
Caminar. Dos piernas, dos pies, la planta del pie en la vereda, pero teniendo como intermediaria la suela. Camino 10, 15 cuadras, quizás. Te veo. Camino media cuadra más; te veo más de cerca. Avanzó un poco más; ya estás tan cerca que puedo tocarte. Doy el último paso. Te veo, te abrazo y te beso.
Me encanta viajar.
Hay viajes como ése que valen la pena, realmente :)
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